Muchas personas se han pasado en los últimos años a la cloración salina en sus piscinas, abandonando el proceso anterior de agua dulce para convertir su piscina a agua salida por las facilidades en el mantenimiento y todas las ventajas que ofrece esta solución.
Hoy en nuestro blog de Piscinas Lucalor vamos a hablar de todo lo que necesita saber acerca de la cloración salina en piscinas para que se plantee la inversión en la modificación de su piscina de cara al próximo verano.
Ahorro en mantenimiento
Lo primero que debemos decir de la cloración salina es que a medio y largo plazo resulta realmente rentable. Es una solución muy a tener en cuenta si estamos construyendo una piscina desde cero, pues la inversión en el sistema de filtrado y depuración del agua se tendrá que hacer igualmente desde cero. En todo caso, también es interesante plantearse una sustitución de todo el sistema anterior si este ya está bastante usado o anticuado.
El motivo de todo esto no es otro que lo que se puede llegar a ahorrar en químicos en el futuro. Gracias al sistema de cloración salina no tendrá que invertir en químicos nunca más y esto le permitirá un ahorro de más del 80% en concepto de mantenimiento. Los productos químicos antes utilizados se sustituyen en este caso por sacos de sal que serán de mayor o menor capacidad en función del volumen de agua de la piscina. Lo habitual es usar 5 kilos de sal por metro cúbico de agua.
Además, el sistema de cloración salino consume mucha menos energía que el convencional, con el consecuente ahorro en la factura de la luz que ello conlleva.
Más natural y efectivo
El proceso de cloración del agua salada es más natural y no requiere de químicos. El clorador salino se encarga de transformar en cloro la sal presente en el agua a través de un sistema que se conoce como electrolisis. Es así como el agua se mantiene limpia en todo momento y el cloro no se acumula en el agua como en las piscinas de agua dulce.
Tan solo debemos preocuparnos por que el agua esté siempre salada y el clorador se encargará del resto. No debería ser necesario echar sal en la piscina más que una vez al año, cuando pretendamos hacer las labores de puesta a punto de la piscina antes del verano. Para que el proceso sea lo más rápido y efectivo posible, el pH de la piscina debe estar entre 7,2 y 7,5 y la temperatura del agua a unos 15 grados.
Mejor para la salud
El hecho de no usar productos químicos en el agua pone a nuestra piel y nuestros ojos a salvo e irritaciones y reacciones alérgicas. La sal es mejor para nosotros que los añadidos químicos al agua y también para el medio ambiente. Nuestro pelo también nos los agradecerá y, en algunas personas, también la nariz pues hay a quien no le resulta agradable el característico olor a cloro de las piscinas de agua dulce y que es tan perceptible en piscinas cerradas.
Ahora que ya sabe todo lo que un clorador salino le ofrece, tan solo tiene que ponerse en contacto con Piscinas Lucalor y preparar su piscina de casa para el cambio más importante de cara al verano que viene. Su salud y su cartera se lo agradecerán en el futuro.